El estadounidense Kyle Maynard llegó a la cima el domingo y
demostró que nada es imposible. El último sábado por la noche el atleta
estadounidense de 29 años, se iba a dormir en su carpa en el campamento Cólera
para intentar su objetivo y el de su equipo: sin brazos ni piernas por su
amputación congénita, quería hacer cumbre en el Aconcagua y convertirse en
leyenda del andinismo.
Kyle Maynard con su equipo especial para escalar el Aconcagua. Foto: Publicada en la Fanpage de Kyle Maynard.
Maynard es orador motivacional, autor, empresario y
deportista. A pesar de haber nacido con los brazos que terminan en los codos y
las piernas cerca de las rodillas, Kyle integró uno de los mejores equipos de
lucha del sureste de EE.UU, batió records en los registros de levantamiento de
pesas, practicó artes marciales mixtas, y más recientemente ascendió a la
cumbre del monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África. Como autor, continúa
inspirando con su libro, “No hay excusas” (2005), un éxito en ventas.
“Estamos acampando esta noche aproximadamente a 20.800 pies.
Partiremos mañana a las 6 de la mañana y vamos a ir hasta que lo logremos. No
importa, lo que estoy seguro es que vamos a tener uno de los días más difíciles
y absolutamente sorprendentes de nuestras vidas”, expresaba Kyle a través de
los medios sociales la noche anterior al ascenso.
Y así ocurrió finalmente. Por la tarde del domingo 21, los
amigos del Refugio Mausy de Vallecitos (anfitriones de Kyle y su equipo en la
aclimatación) anunciaban eufóricos el cumplimiento del objetivo, de la mano del
líder de la expedición y amigo de Kyle, Kevin Cherilla de la K2 Adventures
Foundation, del crucial apoyo de los dos guías locales Guillermo Fuentes y
Nanika Stahringer. El lunes, un helicóptero lo bajó desde Plaza de Mulas hasta
Horcones, pues en su condición la caminata de bajada le iba a provocar una
exigencia inútil, sobre todo con el objetivo cumplido.
Maynard entrenando CrossFit. Video: Kyle Maynard.
En Facebook, Kile dio algunos detalles: “Eran las 4.15 pm
del domingo 21 de febrero y estaba más agotado que nunca, pero mis amigos y yo
estábamos sentados en el techo de América del Sur”. “Después de 10 horas de
viajar a través del camino con más hielo y piedra suelta que he visto,
estábamos pasando el rato y derramando algunas lágrimas juntos a 22.800 pies de
altura. ¡Gracias a todos por el cariño y apoyo, el que nos mantuvo en marcha!”.
Fuentes:
Los Andes
kyle-maynard.com
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